Un gran amigo luego de su regreso por estas tierras me ha asegurado que no existe lugar igual a Gambia y su gente, que nunca ha visto tanta amabilidad y alegría, que van sonriendo niños, adolecentes, grandes y también aquellos que no sólo resguardan la sabiduría de sus tierras, sino que también muestran en su piel curtida, los años y años de esfuerzo.

Aunque si bien su territorio es pequeño, Gambia se ha convertido en la casa de muchos grupos étnicos que se encuentran presentes en la África Occidental, especialmente en Senegal, esto debido a que los Senegaleses y Gambianos cruzan permanentemente la frontera ya que no existen barreras naturales entre ellos, es más, para ir del norte al sur de Senegal, es casi seguro que cruzaras por Gambia. He aquí el porqué de «Senegambia».

Pero volviendo a los gambianos y luego de haber visitado estas tierras ya más de una vez, si, cuando dejas el país, en lo único que piensas es en volver, podemos asegurar que si vienes a Gambia, tendrás por asegurada la buena predisposición de quienes cultivan su tierra, de aquellos que la caminan con un carácter extrovertido y alegre. Verás en lo sacrificado de sus días, bailes y cantos, música rica en tradición que con sus djembes o sus moolos alegran sus actividades.

Si bien el principal grupo étnico esta compuesto por los mandingas, la presencia de los fula, los diolas y los wolof también marcan la personalidad de los gambianos, que en base a su economía agrícola, se distribuyen en pequeños asentamientos que se esparcen a lo largo del país, ya que salvo las grandes urbanizaciones, más de la mitad de la población activa se concentra en gran medida en los poblados tradicionales, y que con sus productos como el arroz, la mandioca , el mijo, el algodón, los cacahuates y la nuez de palma, ponen a disposición una oferta gastronómica tradicional que hace de base económica en el país.

La búsqueda de su comida es una buena excusa para visitar los más bulliciosos y animados mercados que ofrecen una gran variedad de productos en puestos desvencijados y tiendas construidas a medida distribuidas en un verdadero laberinto de pasajes y calles.

Visitar los más bulliciosos y animados mercados que ofrecen una gran variedad de productos en puestos desvencijados y tiendas construidas a medida distribuidas en un verdadero laberinto de pasajes y calles, perderse en bosques de palmeras que descanzan a orillas de sus costas, recorrer en sus tradicionales barcazas los manglares que besan las aguas del río Gambia, participar de la cocina y comida tradicional de su gente y probar el vino de palma, son algunos de los muchos atractivos que a simples deben convencerte a la hora de decidir si es el destino correcto, pero si dudas, sólo si dudas, no te olvides que quizás en estas tierras, encuentres a la gente más alegre y amable del mundo.